Por Diego Córdoba/Foto: Imago Images

La pandemia no tiene fin, no sabemos hasta cuándo va durar. En Chile ni hablar. Pero si hay que tener en cuenta es el regreso de una liga que estábamos esperando hace mucho tiempo. Y esperemos que no tenga otra interrupción.

 

En esta época de cuarentena e incertidumbre pudimos disfrutar –o lamentar- del fútbol de grandes torneos del primer mundo como lo son la de Nicaragua y la de Tayikistán. Gracias, pero no gracias. Queríamos un poco de acción y la respuesta llegó, como no, desde Alemania.

 

Ya con cuatro fechas y camino a la quinta, la Bundesliga fue la salvación para varios que no aguantaban un encierro sin fútbol de calidad y pese al Coronavirus que sigue atacando en el viejo continente ha podido con gran éxito correr a su propio ritmo.

 

Se volvió una costumbre ver los espectaculares estadios vacíos o con hinchas de cartón (literal) como lo hizo el Mönchengladbach, los jugadores saltándose el clásico saludo protocolar y la foto de equipo antes de cada partido, los cordones sanitarios que rodean los recintos y las distancia del banquillo. Por cierto, esto ha dado a que la creatividad haga lo suyo para las celebraciones de gol, donde los choques de codos están a la orden de la época.

 

Robert Lewandowski, Erling Haaland, Kai Havertz y Marcus Thuram junto al embajador de excelencia, Charles Aránguiz, se convirtieron en nombres recurrentes de nuestra órbita futbolera, haciendo extrañar un poco menos a los cracks y equipos que fin de semana deslumbran en el “competitivo” torneo chileno. Una Bundes que pese a lo desafiante y peleado en sus inicios podría convertirse por octava temporada consecutiva en una Bayernliga.

 

Los teutones están marcando la pauta en el balompié mundial y da las bases para que la liga portuguesa, la española, la Serie A italiana y la Premier League inglesa, próximas a reanudar actividades, sigan ese camino o, quien sabe, lo mejoren en pos de la famosa “nueva normalidad” que, nos guste o no, cambiará para siempre lo que conocemos de deporte y vida social.

 

Ahora, no podemos ser hipócritas y criticar solo a las ligas de segundo o tercer orden como si la nuestra no fuera peor que las mencionadas. Acá también se puede tomar el ejemplo y aprovechar el tiempo de receso para idear un plan digno apenas vuelvan los torneos –incluyendo series juveniles y femenina que volverían el próximo año-, pero primero habrá que apagar el incendio dentro de Quilín –esperar al menos hasta julio- y ver que no se repita la inoperancia vista tras el estallido social en donde los equipos se adjudicaron carta blanca para hacer lo que la ANFP, por lentitud y negligencia, no hizo. Ojalá el tiempo juegue a favor… al menos por esta vez.

 

Con toda las herramientas habidas y por haber, la Bundesliga aprovechó este momento de crisis solo para perfeccionar lo que ya venían haciendo hace mucho tiempo: ofrecer un espectáculo de calidad para todas las masas con un sistema de comunicaciones externas abierta para que el público, sin exagerar, ame la competencia que no parecía tan lejana. Y por cierto, los goles volvieron por doquier. Al parecer la cuarentena no afectó del todo al Fußball y de eso, estamos agradecidos.

You may also like